Las criptomonedas no están impresas por bancos nin controladas por ninguna institución, por lo que han estado ligadas desde su nacimiento al blanqueo de dinero. Según ha desvelado recientemente Europol, en torno al 4% de las ganancias procedentes de la actividad delictiva en el Viejo Continente se canalizan a través de divisas digitales como el bitcoin. ¿Qué ocurre cuando se confiscan estas monedas virtuales?
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