Hace solo unos días, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, abogaba por esperar a un entorno de mercado “más favorable” para avanzar en la privatización del banco. Sus palabras no causaron ninguna extrañeza dado el calvario que el banco –al igual que todo el sector financiero europeo- ha tenido en los últimos años y que aleja cada vez más la opción de recuperar las ayudas públicas. Si se pone como referencia la primera desinversión realizada en la entidad, hace más de cinco años, el FROB solo obtendría a día de hoy un tercio de lo que obtuvo en esa operación.
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