Las negociaciones entre Reino Unido y la Comisión Europea sobre la salida del país del bloque común siguen estancadas a seis meses de que se consume el proceso, con la perspectiva de un Brexit duro cada vez más en el horizonte. Pero aunque la UE cuenta con las mejores cartas en estas difíciles negociaciones, hay un asunto en el que Reino Unido tiene un ‘as’ en la manga: el mercado de derivados y la amenaza que se cierne sobre los bancos europeos.
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